Vértigo

Existen dos tipos de vértigo: periférico y central.

El vértigo periférico se relaciona con alteraciones en la porción del oído interno que controla el equilibrio o con problemas del nervio vestibular, los cuales pueden producirse por traumatismos, infecciones, tumores algunos medicamentos y en buena parte de los casos, por razones no identificadas con claridad.

El vértigo central se debe a un problema en el sistema nervioso central, por lo regular en una porción conocida como tronco encefálico o en la región del cerebelo y puede ser causado por un accidente cerebrovascular, esclerosis múltiple, tumores benignos o malignos, un tipo especial de migraña conocida como vascular y ciertos medicamentos, entre otros.

De acuerdo con el origen del cuadro, el vértigo puede clasificarse en:

• Periférico: causado por la afectación del laberinto y/o del nervio vestibular, responsables de controlar y trasmitir la información del equilibrio desde esa zona al cerebro.
• Central: relacionado con alteración de los mecanismos neurológicos del equilibrio a nivel del sistema nervioso central, asociación con una sintomatología más severa que el anterior.

Los síntomas habituales del vértigo son la sensación de giro de objetos, inestabilidad, incapacidad para realizar actividades normales y náuseas, fenómenos que generan una gran afectación del bienestar, la capacidad funcional y la calidad de vida.

En algunos casos pueden aparecer pérdida de la audición unilateral o bilateral, problemas para enfocar los ojos, zumbidos en los oídos, náuseas, vómito y pérdida del equilibrio, así como parálisis facial, dificultad para pasar los alimentos y mala articulación del lenguaje, propios de vértigo central.

El tratamiento depende de las características de la persona, de los antecedentes clínicos, del origen del cuadro, del grado de afectación y del riesgo de complicaciones.

Algunas recomendaciones para controlar o reducir la aparición de las manifestaciones clínicas de la enfermedad, durante un episodio de vértigo incluyen:

• Evitar los movimientos de la cabeza y los cambios bruscos de posición.
• Reanudar la actividad gradualmente, de acuerdo con las sensaciones experimentadas.
• Permanecer sentado o recostado y evitar la lectura, el uso de pantallas y las luces brillantes.

El abordaje terapéutico debe estar orientado por el médico tratante, previo análisis conjunto de los efectos, los beneficios y los riesgos de las terapias disponibles.

1. Vértigo. Clínica Universitaria Navarra. 2023. Disponible en internet: https://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/enfermedades/vertigo
2. Trastornos asociados con vértigo. Medline Plus. Disponible en: https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/001432.htm

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