Viruela del mono: ¿Una nueva pesadilla?

Después de más de dos años de pandemia de COVID-19, la aparición en las noticias sobre la viruela del mono, una enfermedad infecciosa de origen animal que está surgiendo en varios puntos del globo, se convierte en un doloroso recuerdo de “un hecho histórico” que ya hemos vivido.

Sin embargo, de acuerdo con los expertos, la viruela del mono no parece ser, al menos por el momento, una nueva pesadilla en la vida de la humanidad, ya que se trata de dos enfermedades distintas causadas por virus muy diferentes, encontrándose variaciones muy importantes en los escenarios de contagio y evolución.

Empecemos por decir que el SARS-CoV-2 era un virus nuevo y desconocido en el ser humano, del que no se conocía la forma de propagación ni sus efectos a corto y a largo plazo, mientras que el comportamiento del virus de la viruela del mono se conoce desde hace más de medio siglo, con una transmisión que requiere contacto directo, lo que hace difícil su expansión.

Por lo anterior, a diferencia del COVID, no hay un crecimiento exponencial de casos y aunque se observa un aumento de las personas afectadas, las medidas de prevención deberían empezar a disminuir en las próximas semanas sin mayores complicaciones para los pacientes y los sistemas de salud.

Por otra parte, las características del virus de la viruela del mono hacen que sea más estable, por lo que se controla con mayor facilidad por parte del sistema de defensa del organismo especialmente en la generación de las personas mayores por un efecto cruzado de la vacunación contra la viruela humana.

En todo caso se recomienda que las personas contagiadas con el virus de la viruela del mono eviten el contacto con otras personas hasta que se sequen las lesiones de la piel que caracterizan la enfermedad y se produzca la caída de las costras, momento en el que dejan de transmitir la infección.