El tratamiento depende de las características de la persona, de los antecedentes clínicos, del origen y del tipo de depresión, del grado de afectación y del riesgo de complicaciones.
El abordaje debe estar orientado por el médico tratante y suele incluir terapia psicológica, medicamentos para el control de los síntomas y en casos graves o resistentes al tratamiento, uso de electrochoques bajo anestesia general.