Puede aparecer en zonas sin alteraciones cutáneas, pero es más frecuente después de una lesión o una enfermedad que origine una alteración en la piel, como una infección, una quemadura solar o la picadura de un insecto.
Se produce como consecuencia de una sobreinfección de dichas lesiones por bacterias de la familia de los estafilococos y los estreptococos, siendo la falta de higiene y un ambiente húmedo factores de riesgo.
Algunas personas tienen estas bacterias en la nariz y no causan infección, aunque pueden trasladar las bacterias a otras partes del cuerpo con las manos, provocando infecciones recurrentes o propagación a otras personas.