El tratamiento varía, de acuerdo con el tipo de alopecia, la severidad del cuadro, la edad del paciente y la coexistencia de otras enfermedades locales o sistémicas.
En todos los casos, el tratamiento debe ser prescrito por el especialista de dermatología, previo análisis conjunto de los efectos, los beneficios y los riesgos de las terapias disponibles.