Los peligros del juego

22.01.2024

El juego es una actividad desarrollada por una o más personas con el propósito de entretener y divertir, así como desarrollar habilidades y destrezas intelectuales, motoras y sociales, por lo que es importante en los primeros años de la vida.

En atapas posteriores, el juego tiene como finalidad proporcionar descanso mental y aliviar la rutina, sin embargo, en algunas personas, incluso en los niños, puede convertirse en un verdadero problema de salud mental.

La adicción al juego es una condición en la que se experimenta un deseo irrefrenable y compulsivo a jugar, haya o no consciencia de los efectos que puede tener en las dimensiones personal, familiar, social e incluso económica.

En niños y adolescentes la adicción más frecuente es a los videojuegos y consiste en la dedicación a esta actividad entre ocho y diez horas al día, utilizándola como una válvula de escape frente a los problemas de la vida real, a las responsabilidades propias de la edad y a las relaciones interpersonales.

En los adultos, la ludopatía, nombre técnico para este trastorno, suele estar asociada a la inversión de recursos económicos en apuestas y a consecuencias generalmente graves en la vida familiar, social, laboral y económica, que en ocasiones puede conducir al aislamiento e incluso al suicidio, por lo que es importante detectarla e intervenirla de forma oportuna.

Entre los signos de alarma de que puede estar desarrollándose una adicción al juego, se incluyen:

En niños:

• Dedicación de más de ocho horas al día al juego
• Desinterés o abandono por las actividades cotidianas
• Bajo rendimiento escolar
• Alteraciones del sueño y/o del apetito
• Irritabilidad y nerviosismo
• Disminución del contacto con familiares y amigos

En adultos:

• Inversión exagerada de tiempo en el juego.
• Descuido de las responsabilidades laborales
• Disminución del contacto con familiares y amigos
• Planificación de la vida en torno al juego y las apuestas
• Apuestas para evadir los problemas o aliviar sentimientos de impotencia, culpa, ansiedad o depresión.
• Irritabilidad y nerviosismo.

Entre las recomendaciones de los expertos para superar este problema, se encuentran:

• Hacer público el problema y conseguir apoyo de familiares y amigos en el proceso de tratamiento.
• Adoptar un estilo de vida saludable, incluyendo la práctica de actividad física y hobbies.
• Buscar ayuda psicológica para afrontar las reacciones emocionales que desencadena el proceso.
• Buscar asesoría financiera y legal, especialmente en los casos en que hay gran compromiso económico.