La cultura de la dieta

15.03.2024

Bajo el título “La cultura de la dieta o por qué la comida es mucho más que alimentación”, Azahara Nieto, dietista y nutricionista, experta en comportamiento alimentario y obesidad, publicó el día de ayer, una interesante columna en la que aborda el concepto de “cultura de la dieta”, entendida como “las creencias, comportamientos y actitudes en torno a la alimentación, la imagen corporal y la actividad física, con el objetivo de perder peso”.

Según Nieto, “para la cultura de la dieta el fin es la delgadez, y todo lo que hagamos para conseguirla estará bien”, sin embargo, mantener un peso corporal adecuado para la persona, no puede depender de dietas pasajeras para bajar esos “kilos de más”, sino que debe estar enmarcado en el mantenimiento de un régimen saludable de alimentación que nos haga sentir bien, en el marco de nuestras propias circunstancias.

De acuerdo con la nutricionista española Sara Jiménez, para la mayoría de las personas, la palabra “dieta” tiene connotaciones negativas porque se asocia a las típicas dietas restrictivas, prescritas por algunos profesionales de la salud en las que se que eliminan muchos grupos de alimentos, son muy bajas en calorías y no se adaptan al día a día de las personas.

Los inconvenientes de las dietas, agrega Jiménez, empiezan con el hecho que estar a dieta tiene como único objetivo el peso y pasan por las dificultades para crear hábitos saludables de alimentación, por la pérdida del disfrute de las comidas, por la falta de adherencia y por las restricciones sociales que generan.

Alimentarse de forma saludable es otra cosa: no se tiene el control del peso como único objetivo del proceso, se disfruta de la comida y de las emociones asociada a este proceso, se garantiza el seguimiento en el tiempo hasta convertirlo en parte de la vida y se incluyen todos los tipos de alimentos reales, de acuerdo con las necesidades y expectativas de la persona.

Así las cosas, alimentarse saludable debe tener como objetivo cuidar la salud y el bienestar en el marco de nuestra individualidad, sumergirnos en las aguas turbulentas de las “dietas de talla única”, puede ser el factor detonante para trastornos de conducta alimentaria, problemas metabólicos y enfermedades mentales, con efectos devastadores sobre la condición del organismo.