Dos millones de embarazos adolescentes se producen cada año en América Latina

“Cuando una adolescente queda embarazada o tiene un hijo, su salud, educación, potencial de obtener ingresos y todo su futuro pueden estar en peligro y puede quedar atrapada en una vida sumida en la pobreza, la exclusión y la impotencia”.

En estas palabras del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) se resume el grave impacto de un embarazo a edad temprana en la vida de una mujer y se plantean los efectos negativos que puede tener esta condición en la salud de la joven madre y su hijo, en la familia y en la sociedad.

Según las proyecciones del Fondo, a nivel mundial, cada día veinte mil niñas y adolescentes menores de 18 años, dan a luz en países en desarrollo, lo que equivale a más de siete millones de partos cada año, un problema de salud pública con grave impacto social que debemos afrontar.

Entre los efectos negativos del embarazo a edad temprana se incluyen complicaciones del embarazo que en ocasiones llevan a la muerte de la madre o el niño, alteraciones de salud mental como crisis de ansiedad, depresión materna y conductas suicidas, problemas de adaptación familiar y social y retraso en el crecimiento y desarrollo por falta de cuidados o rechazo de la madre al hijo, entre otras.

Las causas de este fenómeno incluyen bajo nivel económico y social, ausencia de información confiable y el acceso restringido a una educación sexual integral y a servicios de salud sexual y reproductiva que proporcionen los elementos suficientes para la prevención de esta condición.

Entre las acciones preventivas se incluyen el diseño de programas de prevención integral de embarazo a edad temprana, acompañamiento psicológico y social, educación en el uso de anticonceptivos, inclusión de jóvenes en el diseño e implementación de programas de prevención y creación de entornos seguros para garantizar los derechos sexuales y reproductivos.