Hipertensión renovascular

La disminución del calibre de las arterias renales, trae como consecuencia una reducción de la llegada de sangre al interior del órgano, lo cual es "interpretado" de forma errónea por este como "disminución de las cifras de tensión arterial" a nivel de todo el organismo.

Ante el fenómeno, el riñón responde liberando una hormona, conocida como renina, que activa un sistema del organismo que es capaz de elevar las cifras de tensión arterial en el individuo (sistema renina - angiotensina - aldosterona).

Entre las causas más comunes de estrechamiento u obstrucción de las arterias renales se encuentran:

• Endurecimiento y obstrucción progresiva de los vasos sanguíneos renales por arterioesclerosis.
• Alteraciones en la pared de los vasos sanguíneos renales por enfermedades generales del organismo.
• Compresión externa por procesos inflamatorios o tumores, benignos o malignos.
• Traumatismo directo sobre las arterias renales.
• Exposición directa a radiación durante tratamientos para el cáncer.

En las fases iniciales, la hipertensión arterial renovascular puede permanecer asintomática, sin embargo algunos pacientes pueden presentar dolor de cabeza frecuente o persistente, sensación de mareo o inestabilidad, sangrado nasal, trastornos visuales y/o alteraciones neurológicas, entre otros.

La posibilidad de hipertensión renovascular debe considerarse en personas con hipertensión arterial antes de los treinta años de edad, en pacientes con hipertensión arterial severa y en casos en que no se logra el control de la enfermedad con la administración de tres o más medicamentos en forma conjunta.

Las manifestaciones de la hipertensión renovascular avanzada, se derivan del daño ocasionado en los órganos más sensibles, denominados órganos blanco, incluyendo síntomas cardiovasculares, neurológicos, oculares y renales.

El tratamiento de la hipertensión arterial renovascular incluye la adopción de un estilo de vida saludable, la restricción del consumo de sal, el control de la glicemia, el colesterol, los triglicéridos y el ácido úrico, así como el uso de los medicamentos prescritos por el médico, que en términos generales, coinciden con los utilizados en otros tipos de hipertensión arterial.

En algunos pacientes se requiere practicar una intervención quirúrgica para mejorar el diámetro de las arterias comprometidas, restaurar el flujo de sangre y revertir las alteraciones que dan origen a la elevación de la presión arterial.

En todos los casos, el tratamiento debe ser prescrito por el médico tratante, previo análisis conjunto de los efectos, los beneficios y los riesgos de las terapias disponibles.

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1. Babar T. Hypertension. Ferris Clinical Advisor. 2024.
2. Bakris G.L. Hipertensión renovascular. Manual MSD para profesionales. Disponible en internet en: https://www.msdmanuals.com/es-co/professional/trastornos-cardiovasculares/hipertensión/hipertensión-renovascular

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