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Los pequeños también sienten ansiedad

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Definir  la ansiedad no es sencillo especialmente cuando se trata de nuestros hijos, sin embargo expertos han coincidido en expresar que se trata de la aprensión o el temor excesivo sobre circunstancias reales o imaginarias. La característica más importante de la ansiedad es la preocupación, que es la inquietud excesiva sobre resultados inciertos ante algunas situaciones.
Aunque un nivel tolerable de ansiedad y de preocupación frente a la vida cotidiana es acertado ya que nos ayuda a reaccionar ante situaciones de peligro, una ansiedad excesiva es improductiva y puede interferir en la habilidad de ejecutar acciones y tomar decisiones acertadas para resolver un problema.

La ansiedad es parte del patrón normal de desarrollo pero se expresa de manera diferente a medida que los niños crecen. Los síntomas de ansiedad pueden reflejarse en el pensamiento, el comportamiento, o en las reacciones físicas de los pequeños.

Para conocer si su hijo sufre de algún tipo de ansiedad que interfiera en su desempeño y estabilidad emocional es importante conocer los patrones normales y estar atentos a cambios significativos.

Durante la infancia y en la edad preescolar:

Usualmente los primeros signos de ansiedad se presentan a los siete a nueve meses de edad, cuando los bebés demuestran ansiedad frente a la presencia de extraños, esta es la señal de que comienza un período de desarrollo cognitivo en el que los niños comienzan a reconocer entre personas.

Entre los 12 y los 18 meses los niños se molestan cuando sus padres los dejan por períodos cortos de tiempo, y se puede expresar llanto y suplica para tratar de evitar la salida de sus padres. A pesar de ser molesto, este comportamiento normal es una señal de que el niño es capaz de distinguir a sus padres de otros adultos, y está consciente de la posibilidad de que no regresen.

Generalmente, esta ansiedad por la separación se resuelve a los dos años, y los niños muestran una habilidad cada vez mayor para separarse de sus padres. Ambos períodos de desarrollo son importantes y son indicadores de que el desarrollo cognitivo está progresando como se esperaba. Si se perciben reacciones extremas ante este hecho y el niño no logra ser consolado, podría estar atravesando por un estado de ansiedad ante la posibilidad de separación de sus padres.

Durante la edad escolar:

En los niveles preescolares y de niñez temprana, los niños tienden a estar limitados en cuanto a su habilidad de anticipar sucesos futuros, pero durante  la segunda mitad de la niñez y la adolescencia estas destrezas de razonamiento están generalmente bastante desarrolladas.

El tipo de temores globales van cambiando gradualmente y se exteriorizan como preocupaciones más abstractas e internas. Hasta los ocho años de edad, los niños tienden a sentirse ansiosos sobre sucesos específicos, identificables, como los animales, la oscuridad, algunos personajes imaginarios (monstruos bajo su cama), y en alguna oportunidades sienten temor de niños más grandes y de algunos adultos.

Cuando el temor es excesivo puede indicar algunas dificultades en las relaciones entre padres e hijos o un problema real, como el ser abusado por compañeros (negación para asistir al colegio) o adultos; En esos casos y dependiendo de la edad y de la destreza de lenguaje del pequeño, se debe hablar sobre sus razones para sentirse ansioso generando confianza y comprensión para que el niño se sienta cómodo con la conversación.

Después de los ocho años de edad aproximadamente, los sucesos que causan ansiedad se convierten en más abstractos y menos específicos, como las preocupaciones sobre los resultados académicos, las reacciones de los compañeros y el lograr tener amigos.

Durante la adolescencia las preocupaciones incluyen temas sexuales, religiosos y morales, y especialmente la aceptación por parte de sus compañeros y amigos. Algunas veces, estas preocupaciones pueden llevar la niveles altos de ansiedad y cuando se torna excesiva, y va más allá de lo esperado en determinadas circunstancias, pueden surgir problemas en el desempeño social, personal y académico, resultando en un trastorno de ansiedad.

Los signos de los trastornos de ansiedad son similares en niños y adultos, a pesar de que los niños pueden mostrar más signos de irritabilidad y falta de atención. La frecuencia de los trastornos de ansiedad fluctúa entre el 2 y el 15% en los niños y ocurre más de frecuencia en niñas que en niños.

Existen muchas clases de trastornos de la ansiedad, por esto ante cualquier signo de alarma es importante lograr una buena comunicación y acudir con un especialista ya que las personas ansiosas pueden obsesionarse con  aquellas situaciones que perciben como amenazantes, esto genera dificultad para concentrarse y recordar, limitando así su capacidad de realizar actividades normales.

Adicionalmente lesionan la autoestima y olvidan sus capacidades y resultados positivos obtenidos en diversas actividades y tienden a recordar solo aquellas oportunidades donde tuvieron dificultades o definitivamente les fue mal; se centran en resaltar sus defectos e ignoran sus habilidades.

Proporcionar a los niños y adolescente un ambiente tranquilo y pacifico y estimular un buen descanso de ocho horas diarias y la organización del tiempo para las actividades cotidianas ayudara a mitigar la preocupación.

Finalmente, una buena ayuda para los ansiosos es reforzar su autoestima orientándolos cuando las cosas salen mal y resaltando sus habilidades cuando las cosas salen bien y apoyarlos con ejemplos y pequeños detalles para que mantengan una vida social activa y aprendan a manejar las situaciones por las cuales sienten pánico.

Véase también:

Fuentes

  1. Bourne, E. J. (1995). The anxiety and phobia workbook (2nd ed.). Oakland, CA: New Harbinger. ISBN: 1- 56224-003-2.
  2. Dacey, J. S., & Fiore, B. (2001). Your anxious child: How parents and teachers can relieve anxiety in children. San Francisco: Jossey-Bass. ISBN: 0-78796-040-3.
  3. Manassis, K. (1996). Keys to parenting your anxious child. Nueva York: Barrons. ISBN: 0-81209-605-3.
  4. SEAS – Sociedad Española para el estudio de la Ansiedad y el Estrés Dr. Antonio Cano Vindel http://www.ucm.es/info/seas/ta/preven/

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