El tratamiento depende de las características de la persona, de los antecedentes clínicos, de la condición desencadenante, del impacto en el organismo y del riesgo de complicaciones potenciales para la persona afectada, incluyendo:
- Cambios en el estilo de vida: Dieta saludable, control de la ingesta de sal y líquidos, práctica de ejercicio físico una vez superada la fase aguda del cuadro y evitación del consumo de cigarrillo, alcohol y drogas.
- Medicamentos para restaurar la capacidad de bombeo del corazón, controlar las condiciones que llevaron a la aparición del cuadro y aliviar los síntomas.
- Los pacientes con insuficiencia cardiaca descompensada requieren tratamiento hospitalario por un equipo interdisciplinario especializado en el área.
En todos los casos, el tratamiento debe ser prescrito por el médico tratante, previo análisis conjunto de los efectos, los beneficios y los riesgos de las terapias disponibles.