Las mujeres que experimentan una amenaza de aborto deben consultar al médico para determinar el riesgo de pérdida del embarazo y los factores de riesgo e implementar las medidas requeridas en los casos tratables.
Se recomienda reposo durante algunos días, habitualmente hasta la desaparición de los síntomas y restricción de la actividad sexual mientras persistan los síntomas de alarma.
En todos los casos, el tratamiento debe ser prescrito por el médico tratante, previo análisis conjunto de los efectos, los beneficios y los riesgos de las terapias disponibles.