En lesiones leves sin infección, el tratamiento se basa en la aplicación de lágrimas artificiales y en ocasiones, oclusión del ojo afectado durante algunas horas.
En queratitis infecciosa se requiere administrar terapia antibacteriana, antifúngica o antiviral, en gotas oftálmicas y/o tabletas, para eliminar el agente causal.
Los casos más severos pueden requerir cirugía o trasplante de córnea.