El objetivo del tratamiento de la hipertensión arterial es mantener los valores de tensión en rangos aceptables para la edad y la condición de la persona y evitar complicaciones en otros órganos y sistemas del organismo.
El tratamiento depende de las características individuales, de los antecedentes clínicos, de la gravedad del cuadro, del impacto en el organismo, de la respuesta a las medidas terapéuticas acordadas y del riesgo de complicaciones potenciales para la persona afectada, incluyendo:
- Cambios en el estilo de vida: Dieta saludable, control del peso corporal, actividad física regular bajo prescripción médica, evitación del consumo de cigarrillo, alcohol o drogas psicoactivas, higiene del sueño y control del estrés.
- Uso de medicamentos para el control de las cifras de presión arterial, los cuales deben consumirse bajo estricta prescripción médica, en las dosis y horarios definidos para cada persona.
- Control de los factores de riesgo y de las condiciones de riesgo o agravamiento de la hipertensión arterial, de acuerdo con el origen del cuadro.
En todos los casos, el tratamiento debe ser prescrito por el médico tratante, previo análisis conjunto de los efectos, los beneficios y los riesgos de las terapias disponibles.