Los objetivos del tratamiento son lograr el control de los ataques agudos, prevenir las recurrencias y favorecer la cicatrización de las lesiones del colon y el recto.
Entre las sugerencias de los expertos para reducir la frecuencia e intensidad de los síntomas a partir de una dieta saludable, se incluyen:
- Ingesta de cantidades pequeñas de alimentos a lo largo del día.
- Consumo frecuente de cantidades pequeñas de agua o líquidos similares a lo largo del día.
- Evitación de los alimentos ricos en fibra como salvado, frijoles, nueces, semillas y palomitas de maíz.
- Evitación o control de alimentos grasos, fritos, salsas, mantequilla, margarina y crema de leche.
- Evitación del consumo de licor.
- Limitación de los productos lácteos en los casos de intolerancia a la lactosa.
La prescripción de medicamentos para el tratamiento de la enfermedad es de exclusiva competencia médica.