De acuerdo con el tipo de aborto, la severidad de los síntomas y el estado de salud de la madre, el manejo se llevará a cabo en el ámbito ambulatorio u hospitalario.
El objetivo es lograr el vaciamiento completo del útero para controlar el sangrado, evitar el desarrollo de infecciones y restablecer la salud de la madre.
El manejo incluye el uso de medicamentos que promueven la expulsión del feto y los restos del embarazo y/o la extracción manual de los mismos mediante un procedimiento quirúrgico conocido como legrado uterino.
En todos los casos, el tratamiento debe ser prescrito por el médico tratante, previo análisis conjunto de los efectos, los beneficios y los riesgos de las terapias disponibles.