Soledad no deseada: Una nueva epidemia del siglo XXI

La soledad no deseada tiene un impacto significativo en la vida de las personas. Expertos de la Universidad de Harvard afirman que esta condición tiene el mismo efecto en los resultados de salud que fumar quince cigarrillos al día, convirtiéndose por esta vía en foco de atención de investigadores y científicos.

La soledad no deseada puede definirse como la experiencia personal negativa en la que un individuo tiene la necesidad de comunicarse con otros y percibe carencias en sus relaciones sociales, bien sea porque tiene menos contactos de los que le gustaría o porque las relaciones que tiene no le ofrecen el apoyo emocional que espera o desea en su vida.

Para algunas personas que eligen vivir en soledad, esta condición no supone un problema, pero la soledad no deseada sí tiene consecuencias negativas. También es importante tener en cuenta que ciertas personas que viven acompañadas pueden sentirse solas y a menudo experimentan sentimientos de exclusión y de falta de conexión con el mundo que les rodea, la sociedad, el entorno o la familia.

Aunque es más común en las personas mayores, cada vez aumenta en otros grupos de edad, estando asociada con ansiedad, depresión, trastornos del sueño y el apetito e incluso con ideación e intentos suicidas, consumo de cigarrillo, ingesta de alcohol, uso de drogas psicoactivas y otras conductas de riesgo para la salud y el bienestar de las personas, además de los efectos en la salud física de quienes la sufren.

Según los expertos, las estrategias para prevenir los efectos dañinos de esta condición deben incluir la sensibilización de la población, la prevención y detección temprana de las personas afectadas, las intervenciones de salud para reducir los problemas desencadenados por este fenómeno y la evaluación de los recursos disponibles y necesidades de las personas que la sufren.