Flujo vaginal: ¿Cuándo es normal y cuándo es anormal?

La presencia de flujo vaginal es una queja relativamente frecuente en la consulta médica, por lo que es importante aclarar de entrada, que no en todos los casos se considera como manifestación de una enfermedad del aparato genital de la mujer.

Así las cosas, digamos que el flujo vaginal normal es una combinación de líquido y células que se liberan de forma continua a través de la vagina, cuyas funciones incluyen ayudar a mantener la salud de los tejidos, proporcionar lubricación y brindar protección contra las infecciones y la irritación de esta zona.

Los elementos clave para definir si la presencia de flujo vaginal es normal o anormal son: la edad de la mujer, las características de la secreción, los antecedentes médicos y la presencia o no de síntomas asociados.

En términos generales, la aparición de flujo en niñas pequeñas suele estar relacionada con irritación del área por condiciones deficientes de higiene y/o contacto con sustancias que generan cambios en la flora normal y/o alergia como los jabones utilizados para el baño o para lavar la ropa interior.

En el grupo de adolescentes, hay dos elementos clave para definir la normalidad o no del flujo vaginal, la aparición y las características de la menstruación y el inicio de la actividad sexual, situación que se asocia a cambios en la flora normal o contagio de infecciones de transmisión sexual.

En mujeres jóvenes y en edad fértil, puede aparecer flujo vaginal normal, que por lo general no huele a nada y tiene un aspecto blanco lechoso o fino y transparente, que puede presentar variaciones durante el ciclo menstrual.

La presencia de flujo en mujeres menopáusicas y postmenopáusicas puede estar relacionada con cambios hormonales (disminución de los estrógenos), irritación local por contaminación con la orina o con las heces y en ocasiones con una respuesta inflamatoria o alérgica a productos químicos como el jabón.

La causa más común del flujo vaginal anormal es la pérdida del equilibrio de los organismos que conforman la flora vaginal, fenómeno conocido como disbiosis, que puede ser producido por alteraciones hormonales, uso de jabones o duchas vaginales e infecciones de transmisión sexual, entre otras.

Las alteraciones de la flora vaginal pueden conducir a la aparición de flujo de aspecto u olor inusual (café oscuro, amarillento, grumoso o purulento, con olor fétido o a pescado), que pueden acompañarse de irritación, rasquiña, ardor al orinar, dolor en la pelvis y molestia con las relaciones sexuales.

En cualquier caso, la presencia de flujo vaginal anormal, amerita la revisión por el médico de cabecera, quien establecerá el origen y la naturaleza del mismo, así como las medidas de tratamiento requeridas en cada caso.