Otitis ocasionada por la piscina

Una de las consultas médicas más frecuentes en  temporada vacacional es la otitis externa, que afecta especialmente a los niños y adolescentes cuando permanecen demasiado tiempo en el agua,  creando las condiciones adecuadas para  la reproducción de diferentes tipos de bacteria o de hongos que penetran en el oído.
La otitis se produce por la inflamación del conducto externo del oído como consecuencia del exceso de humedad, un aseo demasiado enérgico o por una pequeña herida y debe tratarse de manera inmediata porque puede extenderse a las zonas vecinas y aumentar su gravedad.

Los síntomas suelen ser piquiña, dolores en los oídos, problemas al masticar y una secreción que inicialmente es transparente, pero a medida que avanza la infección se torna de color amarillo verdoso y puede llegar a afectar la audición si la hinchazón o el pus comienza a obstaculizar el paso del sonido.

Aunque las causas de la infección pueden ser el propio sudor del oído, una pequeña herida o la humedad que hay en las playas, esta pasó a llamarse “otitis de piscina o verano” debido a que la mayoría de casos se presentan en los niños y adolescentes que permanecen largas horas en las piscinas en las temporadas vacacionales, según explicó Amparo Platero, especialista en otorrinolaringología del Hospital Casa de Salud de Valencia, España.

Las Otitis externas también pueden producirse a causa de la manipulación inadecuada de los utensilios de limpieza de los oídos como los copitos de algodón o de los tapones que se colocan los nadadores, ya que cualquier herida puede ser la puerta de entrada de bacterias como la pseudomona, que habitan en el agua y producen la inflamación. 

La especialista agregó que no existe periodo de incubación, “la otitis externa puede aparecer después de haber estado sumergido en el agua o tras haber nadado un buen rato”, solo basta el contacto con los hongos y bacterias que están presentes en el agua.

Cuando se trata con medicamentos, la otitis externa desaparece generalmente a los 7 o 10 días y es probable que tengas que cuidar durante un largo tiempo que no penetre agua en el oído afectado. 

Se debe acudir al médico cuando se presenten alguno de estos síntomas, ya que probablemente se trate de un caso de otitis externa:

• Dolor de oído (con o sin fiebre) que se incrementa al masticar.
• Ardor continúo en el oído o en el canal del oído.
• Disminución o pérdida de la audición en uno o ambos oídos.
• Secreción de materia proveniente del oído, especialmente cuando es espesa, tiene olor desagradable o viene acompañada de sangre.
  
  Para aliviar el dolor de oído de sus hijos los padres pueden colocar una compresa de algodón tibia o caliente sobre el lugar afectado y suministrar medicamentos como acetaminofén o ibuprofeno, si la molestia persiste deben buscar la ayuda de un profesional. 
  
  Las medidas preventivas contra la otitis de piscina son bastante sencillas, basta con cuidar las orejas de los niños procurando dejarlas limpias y secas después de cada baño. El aseo de las orejas no debe realizarse con copitos de algodón ya que podríamos agravar la otitis haciéndola llegar al interior del canal auditivo. También se podrían utilizar tapones a fin de evitar que el agua se introduzca en ellas, pero esta opción es mejor consultarla con el especialista, ya que dependiendo de cada niño no es algo aconsejable.
  

Recuerde que para disfrutar de unas agradables vacaciones en compañía de sus hijos lo mejor  es prevenir y evitar los excesos ya sea de agua, sol, ejercicio o comida. Y en caso de otitis aplicar gotas oticas con lidocaina, bonzocaina, antipirina o antibióticos como ciprofloxanina. 

Léase también:

• Otitis
• Síndrome de Ménière