En las fases iniciales, la hipertensión arterial renovascular puede permanecer asintomática, sin embargo algunos pacientes pueden presentar dolor de cabeza frecuente o persistente, sensación de mareo o inestabilidad, sangrado nasal, trastornos visuales y/o alteraciones neurológicas, entre otros.
La posibilidad de hipertensión renovascular debe considerarse en personas con hipertensión arterial antes de los treinta años de edad, en pacientes con hipertensión arterial severa y en casos en que no se logra el control de la enfermedad con la administración de tres o más medicamentos en forma conjunta.
Las manifestaciones de la hipertensión renovascular avanzada, se derivan del daño ocasionado en los órganos más sensibles, denominados órganos blanco, incluyendo síntomas cardiovasculares, neurológicos, oculares y renales.