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¿Es posible prevenir el cáncer de próstata?

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Aunque  son comunes, los problemas de la próstata no son inevitables, no existe alguna fórmula que pueda garantizar que no se padecerá alguna enfermedad de la próstata durante la vida, sin embargo existen algunas medidas que pueden reducir el riesgo o hacer más lento el avance de la enfermedad. 

Existen 3 opciones importantes que pueden ayudarle a  mantener la salud de la próstata y en general la buena salud del cuerpo, estas son: llevar una dieta saludable, mantenerse físicamente activo y consultar al médico de forma regular.

La importancia de la dieta

La elección de los alimentos que se consume y las bebidas que se ingiere es de suma importancia al momento de reducir el riesgo de padecer enfermedades de la próstata, especialmente el cáncer. Existen alimentos que han demostrado ser beneficiosos y se deben consumir regularmente, de acuerdo con las recomendaciones de la Clínica Mayo, dentro de este grupo se encuentran:

Tomates: Un estudio realizado durante 5 años en 48.000 hombres revelo que aquellos que consumieron tomates con una frecuencia de 10 porciones (se considera una porción a un tomate de tamaño regular) semanales, tuvieron un menor riesgo de cáncer de próstata que aquellos que consumieron solo 2 porciones a la semana. 

La razón de esta protección es  la presencia de una sustancia química llamada licopeno, que por ser un potente antioxidante, protege a las células de los efectos de los radicales libres que pueden alterarlas. Adicionalmente se sabe que es más conveniente consumir los tomates cocidos por que el licopeno se absorbe más fácilmente. 

Soya: Ciertos compuestos presenten en la soya como las isoflavonas estimulan las proteínas que mantienen a la testosterona y a los estrógenos (hormonas sexuales), funcionando adecuadamente. En la medida en que estas hormonas no estén alteradas, menor será el riesgo de desarrollar cáncer de próstata o menor será el riesgo de que este avance.

Té verde: Contiene una sustancia química que inhibe la actividad enzimática necesaria para el crecimiento del cáncer. Los investigadores de la Clínica Mayo encontraron que incluso a bajas concentraciones (tres tazas de té verde) la sustancia logra inhibir el crecimiento de las células cancerígenas en tubos de ensayo. 

Vegetales crucíferos: Contienen ciertas sustancias químicas que han demostrado bloquear los efectos de algunas sustancias cancerígenas. Son aquellos que pertenecen a la familia de los coles como el brócoli, lechuga de hojas rizadas,  coles de brúcelas, nabos y coliflor.

Reducir el consumo de grasas: Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Harvard con 50.000 hombres, demostró que existe una estrecha relación entre el consumo de grasa y el desarrollo cáncer de próstata, ya que aquellos que consumieron mayor cantidad de grasa mostraban un 80 % más de probabilidad de desarrollar la enfermedad, debido a que la grasa estimula la división celular anormal. Aun por definirse si está relacionado con el mayor contenido de calorías de la grasas, pero hasta que se tenga respuesta a este interrogante,  es recomendable reducir el consumo de grasa en la dieta. 

Mantenerse activo

Se ha observado que el ejercicio fortalece el sistema inmunológico, mejora la circulación, acelera la digestión y evita la obesidad, situaciones que desempeñan un papel importante en la prevención del cáncer. Adicionalmente estudios han demostrado que los hombres físicamente activos tienen menor riesgo de sufrir enfermedades de la próstata como la hiperplasia prostática benigna.

Antes de iniciar un programa de actividad física es importante consultar con el médico y en conjunto definir la rutina más conveniente de acuerdo a su condición. 

Consultar al médico regularmente

Acudir a consulta médica de forma periódica es indispensable para mantener una buena salud. En el caso de hombres mayores de 40 años, es recomendable realizar un tacto rectal y la prueba de antígeno prostático especifico (APE) una vez al año, así se podrá detectar de forma temprana alguna alteración de la próstata.

Si experimenta síntomas como aumento en la frecuencia urinaria, dificultad para orinar, dolor al orinar, dolor en la parte inferior de la pelvis y en la espalda o presencia de sangre en la orina o el semen, consulte de inmediato, podrían estar relacionados alteraciones de la próstata.

Léase también:


Bibliografía:

Libro de la salud familiar, Primera ediucion, Mayo Clinic Health Information, Rochester, Minn.