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Datos sobre reflujo gastroesofágico en niños

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El paso del contenido gástrico de regreso hacia el esófago y la boca sin algún tipo de esfuerzo es conocido popularmente como acidez o agrieras, en la terminología médica está afección se conoce como Reflujo Gastroesofágico que puede afectar a cualquier persona sana de forma esporádica a lo largo de su vida.

En los niños el reflujo gastroesofágico puede presentarse de forma relativamente frecuente, sin que esto revista algún tipo de enfermedad, desde el primer mes hasta los 4 meses de edad y usualmente se resuelve de forma espontánea entre los 12 y 18 meses; este fenómeno en los lactantes es causado por la debilidad de la musculatura esofágica que madura en el periodo postnatal; pero si el problema persiste, podría tratarse de algún tipo de patología que podría requir manejo médico especializado, por lo que los padres deben estar muy atentos a identificar los signos de alarma.

El síntoma más común del reflujo es la acidez, con una duración aproximada de dos horas con tendencia a empeorar después de las comidas, aunque puede ser difícil detectarla en niños pequeños ya que no son capaces de expresar lo que sienten. En los lactantes los síntomas incluyen regreso de la leche sin aparente esfuerzo, llanto constante, hipo y crecimiento estacionario. En niños más grandes o adolescentes los síntomas son semejantes a los de un adulto, manifestándose con eructos, dolor garganta, dolor de estómago y malestar en el pecho tipo ardor.

El reflujo gastroesofágico puede causar problemas durante y después de la alimentación, que incluyen:


La persistencia de este cuadro además de causar lesiones serias en la mucosa del esófago, puede llevar a desencadenar patologías de difícil control como asma, laringitis por inflamación de las cuerdas vocales, faringitis, otitis, estrechez del esófago, sangrado digestivo, dificultad para tragar y lesiones premalignas. Estas condiciones pueden llegar a ser tan graves que generan malnutrición, incapacidad y disminución en la calidad de vida del niño y su familia.

El médico podría realizar un diagnóstico con el examen físico del niño, sin embargo, dependiendo de la edad del menor y la severidad del cuadro clínico es posible requerir exámenes más específicos como ecografías o endoscopias.  

Las pruebas son necesarias si los síntomas del niño no están bien definidos, son confusos o no responden al tratamiento, ya que se deben descartar otras patologías como las malformaciones esofágicas, las alergias y alteraciones en la absorción de los alimentos. El tratamiento puede ir desde recomendaciones para el cuidado en casa hasta medicamentos que disminuyen la cantidad de ácido que se produce en el estómago.

Algunas recomendaciones que los padres pueden implementar en sus hogares para prevenir o disminuir la sintomatología del reflujo son:

  • Asegurarse de alimentar el bebé en posición vertical (sentado o erguido)
  • Preferir siempre la leche materna a leche de fórmula
  • Alimentar al niño lentamente; en vez de una comida abundante suministrar porciones pequeñas y frecuentes; hágalo eructar con frecuencia.
  • Después de las comidas, mantenga al bebé en posición vertical por media hora como mínimo.
  • Evitar la ropa apretada que haga presión en el estómago.


Para lactantes alimentados con fórmula, se recomienda espesar el alimento adicionando una cucharada de cereal de arroz por cada onza de fórmula.

En niños mayores  se debe suprimir de la dieta algunos alimentos que aumentan la probabilidad de desencadenar dichos síntomas, tales como: frutas cítricas, chocolate, alimentos con cafeína, alimentos grasos y fritos, ajo y cebolla, alimentos muy condimentados, salsas y menta. Suministrar la última comida de 3 a 4 horas antes de acostarse.

Levantar la cabecera de la cama de 15 a 20 cm en niños grandes y en lactantes utilizar los famosos colchones antirreflejos, que disminuyen la sintomatología durante el sueño.

En lactantes y recién nacidos la posición para dormir ideal es lateral sobre el lado izquierdo, esta posición coloca el estómago en un ángulo que dificulta la devolución de contenido.

Es importante recordar que hasta los 18 meses de edad el reflujo se considera normal por lo que generalmente no requerir algún tipo de tratamiento y la sintomatología desaparecerá por sí sola; si los padres identifican persistencia de los síntomas después de esta edad o sintomatología más agresiva, se recomienda acudir de inmediato al médico pediatra.

En casos poco frecuentes, dependiendo de la severidad del cuadro y/o cuando el tratamiento terapéutico individual no funciona adecuadamente y el niño no crece o tiene otras complicaciones, existe la opción de realizar una cirugía  para crear una válvula en la parte superior del estómago envolviendo una parte del estómago alrededor del esófago, esta será una decisión que tomarán los especialistas que traten cada caso particular tras evaluar las ventajas y conveniencia de someter a pacientes de corta edad a este tipo de procedimientos quirúrgicos.  

Véase también:

Fuentes de Consulta

  1. Armas, H; Ferrer, J y Ortegosa, L. Reflujo Gastroesofágico en niños. Asociación Española de Pediatría. Disponible en http://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/19-RGE.pdf
  2. El Tiempo. Salud. Reflujo gastroesofágico, la enfermedad del nuevo milenio. Fecha Publicación 17 de Abril de 2012. Disponible en http://www.eltiempo.com/vida-de-hoy/salud/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-11592144.html
  3. Godoy, Jorge. Reflujo Gastroesofágico en niños: Diagnóstico y Tratamiento. Rev. Med. Clínica Condes - 2009; 20(6) 787 – 796. Disponible en http://journalmex.wordpress.com/2009/06/25/reflujo-gastroesofagico-en-ninos-de-1-a-11-anos/
  4. Medlineplus. Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales.  Reflujo Gastroesofágico. Disponible en http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/gerd.html