Cada día, más personas de todas las edades, presentan problemas para “desconectarse” del agitado ritmo que les impone la sociedad moderna y del estrés que implica responder a sus demandas de manera competitiva, hechos que se ven reflejados en el aumento de la frecuencia de trastornos físicos, neurológicos y emocionales, entre los que se destacan los problemas del sueño.