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Ejercicio físico: Fuente de eterna juventud

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El paso del tiempo trae como consecuencia gran cantidad de cambios en los órganos y sistemas de las personas, encontrándose diferencias entre cada individuo como resultado de sus hábitos y prácticas de salud.

Una dieta inadecuada, el sobrepeso y la obesidad, la inactividad física o el sedentarismo y condiciones degenerativas individuales que limitan la movilidad por pérdida de flexibilidad y/o dolor crónico, tienen un impacto negativo que se acumula con los años en huesos, músculos y articulaciones.

En ese contexto, una proporción significativa de las personas mayores acusan disminución de la fuerza, la resistencia y la flexibilidad de los músculos, así como una “menor efectividad” del ejercicio, haciendo que sea más difícil desarrollar la masa muscular, sin embargo al mismo tiempo, es mucho más importante continuar la actividad física a medida que envejecemos.

Recientemente, un grupo de investigadores encontró que el ejercicio produce una señal fuerte para los procesos que desencadenan el crecimiento muscular en personas jóvenes y que dicha señal es más débil en los mayores, por lo que se hace necesario realizar más ejercicio para alcanzar resultados similares a los que se obtienen en la etapa de la juventud.

Estos cambios comienzan a ocurrir cuando la persona se encuentra alrededor de los 50 años y se vuelven más pronunciados a medida que pasa el tiempo, sin embargo, las personas mayores obtienen grandes beneficios de salud relacionados con el ejercicio, incluida una mayor capacidad funcional y un menor riesgo de caídas, fracturas y pérdida de la independencia.

Adicionalmente, el uso regular de los músculos, especialmente los de las extremidades inferiores, contribuye al mantenimiento de la función cardiovascular, al mejoramiento del riego sanguíneo a nivel cerebral e incluso a la conservación de las funciones mentales durante muchos años más.

Los expertos recomiendan que las personas mayores realicen actividad física al menos 150 minutos a la semana, incluyendo actividades recreativas o de ocio, desplazamientos (por ejemplo, paseos caminando o en bicicleta), actividades ocupacionales, tareas domésticas, juegos, deportes o ejercicios programados en el contexto de las actividades diarias, familiares y comunitarias.

Fuentes

Fielding R. Como cambian los músculos cuando envejecemos. BBC News. Disponible en internet en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-60369015.amp

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