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Uso de inhaladores para el asma

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El uso de inhaladores es muy común para tratar el asma y otras afecciones del aparato respiratorio ya que se trata de una opción muy conveniente para la administración de medicamentos con ventajas que incluyen una administración directa al sitio donde se origina el problema (los bronquios y bronquiolos que conducen a los pulmones) y pocos efectos secundarios con relación a los medicamentos administrados por vía oral.

Con el paso del tiempo se han logrado significativos avances con respecto a los equipos y metodologías, existiendo en la actualidad diversos aparatos que permiten a los pacientes asmáticos de todas las edades utilizar medicamentos inhalados que les ayudarán a controlar su problema respiratorio.

Existen tres tipos básicos de aparatos usados para administrar medicamentos inhalados.

Los nebulizadores: son aparatos que generan partículas de aerosol de diferente tamaño rompiendo la tensión superficial del líquido y creando una capa nebulosa. El uso de estos no requiere de un esfuerzo inspiratorio por parte del paciente razón por la cual son ampliamente utilizados en niños y en el manejo de ataques agudos de asma (sobre todo a nivel hospitalario).

Los nebulizadores se emplean frecuentemente para lactantes asmáticos y niños pequeños y en pacientes con enfermedad aguda de todas las edades. Estos aparatos administran pequeñas gotas del medicamento usando oxígeno o aire bajo presión. Actualmente se encuentran disponibles para nebulización albuterol, ipratropium, cromoglicato y budesonide.

Los inhalador de dosis medida (IDM): son los más comunes y se utilizan desde la década de los años 60. Para su funcionamiento utilizan un cartucho presurizado de aluminio que contiene el medicamento activo micronizado en  solución o suspensión a presión.

Estos inhaladores constan de un espaciador, una tapa que va sobre el espaciador y un cartucho que contiene el medicamento.

El espaciador se debe conectar a la boquilla. El medicamento inhalado entrará primero en el tubo espaciador. Luego se debe respirar profundamente dos veces para lograr que el medicamento llegue a los pulmones, para esto se debe exhalar suavemente para vaciar los pulmones, luego inhalar lentamente, colocando el espaciador entre los dientes y cerrando los labios herméticamente a su alrededor, se debe mantener la barbilla hacia arriba y empezar a inhalar lentamente por la boca.

Al rociar un disparo en el espaciador presionando el inhalador hacia abajo, se debe continuar inhalando lentamente, respirando tan profundamente como sea posible.

Es importante contener la respiración contando hasta 10 y luego retirar el espaciador de la boca, al finalizar se puede exhalar lentamente a través de la boca.

Después de utilizar el inhalador, se aconseja enjuagar la boca con agua para reducir los efectos secundarios del medicamento.

De su adecuado uso dependerá la acción del medicamento, por esto las recomendaciones incluyen:

  • Utilizar siempre con el espaciador.
  • Es apropiado el uso de mascarilla para pacientes menores de 4 años, es importante verificar el tamaño para que cubra firmemente la nariz y boca.
  • Reemplazar las válvulas rotas o faltantes.
  • Siempre se debe agitar ya que medicamento y el solvente se separan muy rápidamente y si el contenedor no se agita fuertemente, el medicamento flotará produciendo una suspensión muy diluida o altamente concentrada.
  • Si al agitar se percibe ligero o que se mueva liquido en el interior es porque está vacío y se debe reemplazar.
  • Siempre verifique en la lata metálica de la funda de plástico la fecha de caducidad de dicha lata.
  • El inhalador debe permanecer limpio y a temperatura ambiente.



Los inhaladores de polvo seco (IPS): son más usados por los paciente ambulatorios, pero no es aconsejable su uso en pacientes menores de 6 años ya que en todos estos dispositivos la administración del medicamento es impulsada y accionada por el esfuerzo inspiratorio del paciente.

Las ventajas del uso de los IPS consisten en que su eficacia clínica es igual o superior a la que se obtiene con los IDM y su empleo es muy sencillo ya que no requiere de una técnica especial que incluya la coordinación entre la  pulsación y la inspiración.

Son dispositivos de tamaño pequeño, lo que facilita su transporte y adherencia al tratamiento. No utilizan gases propelentes y en el caso del turbuhaler no emplea aditivos y sólo usa la sustancia activa. Tienen un indicador claro del número de dosis disponibles, y son generalmente bien aceptados por los pacientes.

Algunas desventajas del uso de los IPS están relacionadas con la necesidad de mantener un flujo inspiratorio ideal de 30 a 60 L/min, lo que dificulta su uso en menores de seis años o en pacientes con obstrucción de la vía aérea y que se requiera de una inspiración voluntaria para administrar el medicamento.

Véase también:

Fuentes

  1. Neil K. Kaneshiro, MD, MHA, Clinical Assistant Professor of Pediatrics, University of Washington School of Medicine.
  2. David Zieve, MD, MHA, Medical Director, A.D.A.M. Health Solutions, Ebix, Inc.
  3. Asthma Society of Canada (Sociedad Canadiense del Asma). Recursos para el asma.