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Fiebre alta en niños

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La temperatura ideal para el cuerpo humano es de 36,5° C, pero cuando estas cifras aumentan nos indica que se está desarrollando alguna enfermedad o padecimiento en nuestro interior y que el organismo está librando una batalla para defenderse.

Una de las razones por las cuales el cuerpo eleva la temperatura es porque la mayoría de los virus y las bacterias que causan las infecciones se debilitan o mueren cuando se encuentran por encima de los 37° C (98.6° F), lo cual  resulta positivo para nuestro bienestar.

El problema surge cuando el calor corporal se ubica por encima de 38° C (100.4° F), presentándose la fiebre alta, en estos casos es necesario tomar algunas medidas para lograr estabilizar la temperatura, esta medidas incluyen la aplicación de paños de agua fría en la cabeza, tomar un descanso prolongado y beber líquidos.

La fiebre causada por infección casi nunca sobrepasa los 39° C (102.2° F), a menos que se tenga demasiada ropa o se esté en un lugar caluroso, pero si ésta se eleva de ese nivel hay que intervenir de manera inmediata ya que esa alta temperatura podría alterar algunas enzimas, generando problemas en el metabolismo y daño cerebral irreparable.

La fiebre puede ser originada por cualquier tipo de infección como los resfriados, la sinusitis, la neumonía, la bronquitis, la gastroenteritis, la otitis o también, en el caso de los niños, por la dentición o la aplicación de vacunas, o por trastornos inflamatorios o autoinmunitarios como la artritis y el lupus eritematoso.

En algunos niños suelen presentarse convulsiones febriles, no obstante la mayoría de ellas terminan rápidamente, no causan ningún daño permanente y no significan que el menor tenga epilepsia.

A los padres de familia se les recomienda consultar al médico  si su bebé es menor de tres meses y tiene temperatura rectal de 38° C  (100.4° F) o más, cuando el menor tiene de 3 a 12 meses de edad y presenta fiebre de 39° C  (102.2° F) o superior;  y cuando el niño es menor de 2 años y presenta fiebre durante  más de 24 horas y si es mayor de 2 años y tiene fiebre por más de 48 horas.

Otras ocasiones en las que se debe estar muy atento para buscar ayuda profesional es cuando  se han tenido fiebres de manera intermitente durante más de una semana y cuando se tiene alguna enfermedad grave como diabetes, fibrosis quística o algún problema cardíaco.

Existen algunas alertas que pueden indicarnos que la fiebre se salió de nuestro control y es necesario acudir al servicio de urgencias como en los casos en que el niño llora sin descanso, cuando no se despierta o lo hace con dificultad, cuando tiene dolor de cabeza muy fuerte, cuando se niega a mover un brazo o una pierna, cuando presenta convulsiones, parece confundido y no puede caminar o cuando presenta labios, lengua o uñas azules.

Si el bebé presenta una convulsión se debe colocar de lado rápidamente, volteando su cabecita hacia un lado para evitar que se ahogue si vomita. Durante la convulsión no le debe dar alimentos ni medicamentos, se debe tomar el tiempo de duración de la convulsión, si dura más de tres minutos, se debe llamar de inmediato al servicio de urgencias.

Si, al contrario de los casos anteriores, su hijo tiene un color de piel normal, está comiendo y bebiendo regularmente y está interesado en jugar seguramente no necesita ningún tratamiento y solo es necesario que descanse y beba líquidos de manera abundante.

De todas formas es importante tener en cuenta que para ayudar a controlar la fiebre  es recomendable dejar el niño con ropa ligera,  ubicarlo en una habitación fresca y poco calurosa y dar baños tibios o aplicar compresas húmedas. Se debe tener en cuenta que estas medidas son transitorias y podrían general malestar en el niño ya que pueden provocar escalofríos.

En caso de persistir la fiebre por debajo de los 39° C los medicamentos aconsejados  son el  paracetamol y el acetaminofén que bajan el termostato del cerebro,  y el ibuprofeno, que ayuda a reducir la fiebre en niños y adultos; los cuales sin embargo no deben administrarse a los menores de seis meses sin antes consultar con el  pediatra.

Véase también:

Fuentes consultadas

  1. Dinarello CA, et al. Fever and hyperthermia. In: Fauci AS, et al. Harrison's Online. 17th ed. New York, N.Y.: The McGraw-Hill Companies; 2008. http://www.accessmedicine.com/content.aspx?aid=2871330. Accessed April 28, 2011.2. Fever. The Merck Manuals: The Merck Manual for Healthcare Professionals. http://www.merckmanuals.com/professional/sec14/ch167/ch167e.html. Accessed April 28, 2011.
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  3. Fever, sweats and hot flashes. National Cancer Institute. http://www.cancer.gov/cancertopics/pdq/supportivecare/fever/healthprofessional. Accessed April 28, 2011.
  4. Sullivan JE, et al. Clinical report — Fever and antipyretic use in children. Pediatrics. 2011;127:580.
  5. Leggett J. Approach to fever or suspected infection in the normal host. In: Goldman L, et al. Cecil Medicine. 23rd ed. Philadelphia, Pa.: Saunders Elsevier; 2008. http://www.mdconsult.com/books/linkTo?type=bookPage&isbn=978-1-4160-2805-5&eid=4-u1.0-B978-1-4160-2805-5..50307-4. Accessed May 2, 2011.
  6. Bor DH. Approach to the adult with fever of unknown origin. http://www.uptodate.com/home/index.html. Accessed April 25, 2011.

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