Los objetivos del tratamiento son:
- Controlar la inflamación de las vías respiratorias.
- Limitar la exposición a sustancias que puedan desencadenar los síntomas.
- Permitir la realización de las actividades cotidianas de forma normal.
En todos los casos, el tratamiento debe ser prescrito por el médico tratante, previo análisis conjunto de los efectos, los beneficios y los riesgos de las terapias disponibles.
Los pacientes muy graves pueden requerir hospitalización urgente para llevar a cabo la estabilización de los signos vitales y controlas la crisis asmática.