El tiempo es precioso

Cada año, quince millones de personas sufren un accidente cerebrovascular (hemorragia o trombosis cerebral), también conocido como ictus, lo que equivale a 28 casos cada minuto, produciéndose cinco millones de muertes y otros cinco millones de discapacidades asociadas.

Un accidente cerebrovascular ocurre cuando se interrumpe el suministro de sangre a una parte del cerebro, generando daño o muerte de las células nerviosas y un impacto a corto o largo plazo según la parte del cerebro afectada y la rapidez con que se implemente el tratamiento.

Los sobrevivientes de un accidente cerebrovascular pueden experimentar una amplia gama de discapacidades, incluidas dificultades con la movilidad y el habla, así como con la forma en que piensan y sienten.

Este año, la campaña del Día mundial del ictus tiene como objetivo crear conciencia sobre los signos de esta condición y los beneficios del acceso oportuno a la atención especializada, destacando la importancia del tiempo entre la aparición del cuadro y la atención médica mediante el lema “el tiempo es precioso”.

La incidencia aumenta con la edad, sin embargo, más del 60% de los accidentes cerebrovasculares ocurren en menores de 70 años y el 16% en menores de 50 años, siendo la hipertensión arterial, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, el uso de drogas psicoactivas, el aumento del colesterol y algunas enfermedades cardiovasculares factores de riesgo para esta condición.

Conocer los signos y buscar atención médica inmediata puede salvar vidas y mejorar el resultado para los sobrevivientes. Los signos clave de un accidente cerebrovascular son

• Debilidad o parálisis de los músculos de la cara
• Debilidad en el brazo o la pierna de un lado
• Dificultades del habla: arrastrar las palabras o expresar ideas sin sentido.
• Cambios en la visión y pérdida del equilibrio/mareos.