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¿Cómo mantener una dieta balanceada?

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Profesionales de la salud, periodistas, influenciadores y muchos otros actores sociales hablan de la importancia de mantener una dieta balanceada, sin embargo, la mayoría de ellos no tienen los conocimientos ni las competencias necesarias para hablar con propiedad de un tema tan complejo.

Esta complejidad radica en el hecho que, aunque pueden establecerse algunas pautas generales para el aseguramiento de una dieta balanceada y saludable, no hay un patrón universal para cumplir con este propósito, sino que deben tenerse en cuenta las condiciones particulares de cada persona, incluyendo edad, género, condición general, grado de actividad física y mental y enfermedades que lo afectan, entre otros.

Hecha esta claridad, se presentan a continuación algunas pautas para el mantenimiento de una dieta balanceada:

  • Organizar las comidas de tal forma que se privilegie el consumo de vegetales de diferentes colores, los granos y las proteínas, sobre los hidratos de carbono.
  • Promover el consumo de lácteos descremados, que mantienen las propiedades alimenticias de este grupo de alimentos pero no provocan aumento del nivel de colesterol.
  • Restringir el consumo de carne roja dos veces por semana, incluyendo carne magra que contiene menos grasa saturada y colesterol.
  • Evitar el consumo de la piel del pollo y la grasa visible acumulada en algunas de las partes del mismo e incrementar el de pescado de mar que contiene menos grasa.
  • Disminuir o eliminar de la dieta los productos de salsamentaria y algunos enlatados que contienen cantidades elevadas de sal y colesterol.
  • Incrementar el consumo de vegetales, incluyendo legumbres (soja, garbanzos, porotos, habas, lentejas, arvejas), fuente excelente de proteínas y verduras de hoja (lechuga, espinaca, berro, acelga), fuente de fibra y vitaminas.
  • Aumentar el consumo de frutas, preferiblemente con cáscara, así como el consumo de jugo o zumo de frutas preparados al natural y moderar el consumo de aquellas con niveles elevados de azúcar, como uvas, banano, melón y mango dulce.
  • Evitar el consumo frecuente de gaseosas y jugos artificiales, incluso los que “no tienen calorías”, teniendo en cuenta que podrían aumentar el nivel de glicemia, a pesar de la ausencia de energía proveniente del azúcar.
  • Mantener un consumo adecuado de líquidos (agua, jugos naturales sin azúcar, aromáticas, caldos y sopas), para mantener la hidratación del cuerpo.

Fuentes

  1. Healthy eating plate. Harvard T.H. Chan. School of Public Health. Disponible en:https://www.hsph.harvard.edu/nutritionsource/healthy-eating-plate/
  2. Morales Ruiz J.C. Hábitos de vida saludable. Tu médico de cabecera. Disponible en internet en: www.tumedicodecabecera.com

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