Cáncer de cuello uterino

Existen dos tipos básicos de cáncer de cuello uterino: carcinoma de células escamosas, que es el más común, siendo responsable de hasta el 90% de los casos, y el adenocarcinoma, que se origina en células glandulares productoras de moco. En algunos casos, se presentan tumores con características mixtas, es decir, con presencia de células de los dos tipos mencionados.

La principal causa es la infección por ciertos tipos de virus del papiloma humano (VPH), que se adquiere durante las relaciones sexuales sin protección.

En ese contexto, los factores de riesgo más relevantes son el inicio de las relaciones sexuales a edad temprana y tener numerosas parejas sexuales, aunque es importante tener en cuenta que con una sola relación sexual es posible adquirir el virus del papiloma si la otra persona está infectada.

Otros condiciones de riesgo son el consumo de cigarrillo, otras infecciones de transmisión sexual, historia familiar de cáncer ginecológico, múltiples embarazos previos y bajo nivel socio-económico.

Por lo general, durante las fases iniciales el cáncer de cuello uterino no se produce ningún síntoma, sin embargo, puede detectarse mediante citología vaginal, en los controles médicos de salud sexual y reproductiva.

En fases más avanzadas pueden presentarse sangrado vaginal o dolor durante las relaciones sexuales, hemorragias diferentes de la menstruación normal y flujo vaginal anormal, de aspecto acuoso o sanguinolento, oloroso.

El tratamiento depende de factores como la extensión y tipo del tumor, el estado de salud general de la paciente y el deseo o no de tener hijos en etapas posteriores de la vida.

Las opciones disponibles en la actualidad comprenden la práctica de procedimientos quirúrgicos de menor o mayor extensión, según el tipo de cáncer y el avance del tumor; la aplicación de radioterapia o quimioterapia, el uso de terapias dirigidas a bloquear vías específicas del cáncer a nivel celular, inmunoterapia y combinaciones de estas modalidades.

En todos los casos, el tratamiento debe ser prescrito por el médico tratante, previo análisis conjunto de los efectos, los beneficios y los riesgos de las terapias disponibles.

A diferencia de la mayoría de los tumores malignos, el cáncer de cuello uterino puede prevenirse. Una de las alternativas más importantes es la práctica de la citología vaginal, un examen que permite la detección temprana de cambios malignos.

Es importante que todas las mujeres sexualmente activas se practiquen citologías con regularidad, al menos una vez cada año, preferiblemente a partir de los tres años siguientes a la primera relación sexual, continuando con la periodicidad requerida, de acuerdo con la condición personal.

Otras formas de prevención incluyen la limitación del número de compañeros sexuales, la utilización de medios de protección contra las enfermedades de transmisión sexual y la aplicación de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), especialmente en niñas y adolescentes y en mujeres mayores de 18 años que no han iniciado su vida sexual.

• Cervicovaginitis, seria y silenciosa
• Sangrado uterino disfuncional
• Amenaza De Aborto
• Hemorragia vaginal
• Infección urinaria
• Hipermenorrea

1. Cervical cancer. Clinical Overview. 2023. Elsevier Point of Care
2. ¿Qué es el cáncer de cuello uterino?. Instituto Nacional del Cáncer. 2023 Disponible en: https://www.cancer.gov/espanol/tipos/cuello-uterino

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